Con la llegada del frío y la nieve a nuestras montañas, nos apetecía salir de nuestra zona de confort y poner en práctica técnicas de progresión invernal con crampones, ya que, según habíamos comprobado en la meteo de días anteriores, sabíamos que la nieve no sería la adecuada para raquetas. Teníamos ganas de montaña, de nieve y, por qué no, de un buen fin de semana entre amigos .
Así que, aprovechando el viernes festivo, nos preparamos varias rutas alternativas, hicimos mochilas y arrancamos dirección al Valle de Aragüés para hospedarnos en el refugio de Lizara, a 1540 m de altitud, no sin antes salirnos de la ruta y realizar una «paradita» con la excusa de equiparnos para poder estar con Alex Txikon y asistir a su charla en las jornadas de montaña de Arnedo.
Gran alpinista y sobre todo, gran persona, humilde y cercano, con el que tuvimos la ocasión de hacernos fotos y charlar el rato que la apretada agenda de ese día le permitió, dejándonos con un magnífico sabor de boca.
Llegamos al refugio bastante tarde, pasadas las diez de la noche, no sin antes haber avisado de nuestro cambio de plan, que había conseguido alegrarnos el principio de nuestro fin de semana invernal. Una vez allí, nada más bajar de nuestra furgo, comprobamos con el primer resbalón al pisar la nieve dura y el hielo, que habíamos acertado en nuestra elección. No era finde de raquetas. Después de reordenar nuestras ideas, nos fuimos a nuestras literas lo más sigilosamente que pudimos. El refu estaba casi al completo…., éso está muy bien. ¡¡¡Parece que no somos los únicos con ganas de montaña y nieve!!! Nos encanta compartir mesa, conocer gente y hablar de las diferentes experiencias . Siempre se aprende algo nuevo.
El sábado, a eso de las 8 , decidimos que ya se nos habían pegado lo suficiente las sábanas (bueno, más bien el saco-sábana…). No nos preocupaba demasiado salir un poco tarde, ya que la idea que teníamos después de retrasar nuestra llegada, era la de hacer una rutilla light para poder practicar la autodetención, uso del arva, gestionar pendientes nevadas, utilización de crampones y piolet, etc.
Personalmente, confieso ser un novato en progresión invernal, pero siempre me ha llamado la atención. Después de unas nociones que nos dió Josu,… ¡qué mejor lugar y momento para ponerlo en práctica! Entre amigos y siempre bajo su supervisión. La seguridad y experiencia es lo primero. ¡¡Ya vendrán salidas más ambiciosas!!. La verdad es que ha conseguido ponernos los dientes largos…
Nos dispusimos a desayunar mientra elegíamos cual de las rutas que nos traía preparadas era la más adecuada para poder poner en práctica lo aprendido.
Partiendo del tiempo del que disponíamos y el poder regresar antes de que cayera el sol, decidimos que la mejor opción para ese día era la de llegar al Collado de Bozo. Así que, después de unos básicos consejos a nuestra compi de aventura para hacer la mochila y sobre las diferentes capas de ropa que debía de llevar (que nunca viene mal recordar), con los crampones bien colocados y con piolet en mano, oímos su característico grito de guerra que nos indicaba que nuestra aventura comenzaba;
‘Ahuuu, Ahuuuu‘
Y como una imagen vale mas que mil palabras, aquí os dejo unas fotos de nuestro fin de semana