Tras el confinamiento, queríamos hacer una ruta sencilla, cercana y con algo más que subir a una cima. Y la verdad no fue nada difícil acertar con el lugar, ya que por suerte, nuestro entorno esta rodeado de bellos parajes naturales, con interesantes historias, como es la que nos concierne hoy: La ría Barbadun. Cercana y poco conocida, fue la ría que regó de historia un concejo, el de Galdames. Su fuerza natural dió lugar a que dicha comarca fuese capaz de transformar el tosco mineral de hierro de los alrededores en las reconocidas espadas y grilletes bilbo*, o moler los granos de maíz, o trigo, para crear los panes más reconocidos de la zona.
* En el siglo XVI, como se puede leer en The Merry Wives of Windsor de William Shakespeare, y otras obras, se le otorgaba el nombre de bilbo a piezas de gran calidad de acero, espadas cortas, bien templadas y afiladas, fabricada con gran acero en Bilbao de donde provenía su nombre, o como se puede leer el el diccionario de oxfort, en la traducción de bilboes a grilletes fabricado con acero de Bilbao y considerado como el mejor de Europa .
Como ya os estaréis imaginando, se trata de una ruta por uno de los municipios de las Encartaciones, partiendo del Pobal y discurriendo casi la totalidad de la ruta por el concejo de Galdames. Lugar al que accedemos en 30 minutos desde Santurtzi, con la gran comodidad y de modo sostenible que nos brinda el transporte público.
Nos ponemos en camino por una senda con mucha vegetación y en ocasiones poco marcada, hasta llegar al molino San Ginés.
Barrio de Montellano
Una vez alcanzada la carretera, subimos al barrio de Montellano, donde visitaremos las ruinas de la casa de Antonio María de Trueba y de la Quintana, escritor de novela, cuento y poesía. Allí mismo nos encontramos con la Iglesia de Montellano y, poco más adelante, el mirador Alambres, desde donde nos asombraremos con la vista del valle pudiendo ver el Pico La Cruz, el Eretza, Pico Moro, El Pico del Solar y Ubieta.
Ya nos hemos quitado la parte mas dura. Ahora solo nos falta bajar hacia el paseo fluvial de la ría del Barbadun donde nos aguarda una grata sorpresa, no sin antes poder disfrutar del paisaje y algún que otro tramo entretenido en el que aseguramos con unas cuerdas, para garantizar que la mañana fuese no solo es segura, sino también un poco diferente. 😉
Molino y Ferrería de Valdivian
Y es que claro, nos encontramos a Pablo, actual morador del molino de Valdivian, el cual comparte infraestructura con la ferrería de Valdivian ubicada justo enfrente. Catalogada como Conjunto monumental.
Pablo, haciendo gala de su hospitalidad, nos invitó a entrar en el molino, y no solo eso, sino que nos explico y demostró como su familia molía lo granos de trigo y maíz, con la fuerza de la ría. Incluso nos ayudó a poner en marcha el molino levantando las escotillas, desgranando alguna que otra mazorca y tamizar la harina. Espectacular!! No hay mejor forma de entender el funcionamiento del molino y el trabajo de la época que hacerlo nosotros mismos, con nuestras propias manos.
Un grato encuentro, y una muy grata experiencia. eskerrik asko, Pablo.
Dejamos el molino entusiasmados hasta llegar a tocar, ver y sentir el caudal de la ría del Barbadun, paseando por las ruinas puentes y pozas existentes en sus orillas, para terminar, al final de nuestra ruta, en la ferrería del Pobal.
Esperamos que os haya gustado este paseo por la ría que regó de historia un concejo y que nos sigáis acompañando en nuestras Exploraciones.
¡¡¡¡ Hasta la próxima salida !!!!!
!!! Compártenos !!!
